viernes, 1 de mayo de 2015

Cordones de zapatos


Me gusta ver a los hombres atarse los zapatos, los zapatos que tienen cordones, que cada vez son menos. De repente, en el camino de la calle ,se detienen.
Buscan un banco, un repliegue en la falda de las aceras, una farolilla apagada y con mucha delicadeza, apoyan el zapato.
Se flexionan lentamente, cogen con sus dedos los dos cordones, ,estiran dulcemente uno ,con un leve estirón, lo cruzan con un bucle, caracola, y ya...en estos momentos, cabalgan por la Gran Vía hipocampos, rojas arenas, olores a salitre
.Así hasta treinta o cuarenta segundos después, que descienden el pie de la farola y se llevan mi corazón ,atado a su zapato.

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