martes, 1 de julio de 2008


Dejé un par de fonendoscopios en el Hospital Hermanos Ameijeiras, les dije que ya podía descansar tranquila los dejaba en buenas manos, sabiendo que los fonendos me pedían día sí día también escuchar los corazones de tantas y tantos cubanos.

!qué ilusa que soy!

No me di cuenta, que al salir de la Habana , el mío ya no latía y ahora busca desesperado el fonendo que le encuentre su sonido afinado.

He dejado el ritmo de mi corazón en La Habana, en la oficina de " objetos perdidos de gallegos" , donde se acumulan cintas y cintas de sístoles y diástoles de millones de mujeres y hombres de todo el mundo.

Llegué con el corazón roto a la Habana ( sí, me volví a confundir de hombre), y me vuelvo con un corazón mudo.

Me desperté de madrugada en mi habitación, y tocaba las paredes encaladas una y otra vez buscando mi pulso.

1 comentario:

javi dijo...

Ongi etorri.

" Apenas ayer pensé, que yo era un fragmento vacilante, sin ritmo, en la esfera de la vida.
Ahora sé que soy la esfera y que toda mi vida se mueve en rítmicos fragmentos dentro de mí "

Kahlil.

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